domingo, 16 de marzo de 2008

Y llegó el gran día.




Lo que hoy me toca contar, es díficil y siniestro y por eso iré poco a poco y pasito a pasito. Como será largo y tedioso empezaré pronto.

Después de dormir en las Sperrins mountains, elegimos un camping que era una reserva natural y tenía lago incluído. Nosotros dentro de la tienda, comiendo cereales y lloviendo fuera fue una de las mejores sensaciones que tuve en toda mi vida.



Al día siguiente habíamos reservado una habitación en un B&B de Letterfrack, en la península de Connemara. Connemara es famosa por sus paisajes: lagos, arroyos, ríos, montañas y un montón de flores y vegetación. La verdad es que no elegimos mal, no.


El pueblo éste estaba a unos 400-500 km de donde habíamos dormido la noche anterior así que nos subimos al coche y empezamos a conducir hacía allí, casi sin parar. La carretera discurría al lado del mar y las vistas eran una maravilla. La parte mala: sólo existía un camino para llegar a Letterfrack.

¿Qué os imaginais que pasó? Lo que le pasa a las buenas familias: el único puente (que transcurría en mitad de un pueblo) que había para pasar del norte al sur de Connemara se había caído con las lluvias. Os parecerá una chorrada pero si son las 9 de la tarde,teneis unas ganas infinitas de llegar a vuestro destino y sabeis que para los Irlandeses las 930 es tardísimo, os entra un estrés que se os cae la lagrimina a la mínima...

En fin, decidimos dar vueltra atrás y parar en el primer bar de carretera ( allí hay bares de carretera, de camino y de caleya) para preguntar. El camarero, muy amablemente, nos dijo que había "a very, very narrow row" por la que podíamos ir, pero que tardaríamos como 3/4 de hora. Para los españoles, 3/4 de hora por " a very narrow row" se convierten en 5 horas andando de rodillas a Covadonga (consejo por si vais a Eire).

En fin, que nos metimos por la narrow row. No era ni row, ni narrow ni nada. Era un puto camino sin asfaltar, lleno de hierba, liebres que te salían por doquier, rebaños que no te dejaban pasar, perros... y cruces. Cruces sin señalización. Eso fue lo que más daño nos hizo.


Después de una hora, aproximadamente, de andar por esa row, very very narrow, llegamos a Toukey Money ( o Tourmakedey como le llamo yo). Eran cuatro casas en mitad de la nada. Como no había un cartel que nos señalase el pueblo a donde nos había dicho el del bar que deberíamos llegar, seguimos "pa la izquierda" como Dios manda.

Otros 20 minutos de viaje nos llevaron al lado de un lago y como eso ya aparecía en el mapa, nos sentimos como en casa hasta que se nos encendió el piloto de la gasolina. Estábamos en Connemara, como si me dices Cuenca, sin gasolina, al lado de un lago del que no sabíamos ni como se llamaba, de noche, con frío y sin comida.




To be continued...

Que significa "continuará". Es obvio porque volvimos a casa, pero os enterareis de porqué me falta el dedo índice del pie derecho.

domingo, 16 de diciembre de 2007

Las Sperrin's mountains

La noche después de darle un poco al whiskey, decidimos dormir en un camping para ahorrar un poco de dinero (que más tarde gastaríamos en pintas de cerveza). Encontramos en el mapa un camping cerca del lago Neagh pero cuando llegamos sólo era para caravanas, así nos decantamos por nuestra segunda opción que era otro camping en el medio de las montañas que queríamos visitar al día siguiente. Cuál fue nuestra sorpresa cuando estabamos casi-sólos en el camping!! Sólo había una pareja hippy que andaban en furgoneta por ahí.



Después de una noche un tanto friolera nos decidimos por una ruta en coche que nos acercase un poco a Enniskillen, donde queríamos dormir esa noche. La verdad es que esas montañas son preciosas. Además de Connemara (que tiene un paisaje que se te queda grabado a fuego)las fotos más bonitas son de las Sperrins. Por eso hay menos "nosotros" y más "paisaje".



Ahí fue una de las primeras veces que nos pararon en coche para preguntarnos si estabamos bien o necesitabamos algo. En serio, la gente en Irlanda es muy muy sociable y si te notan cara de ¿? enseguida se paran a echarte una mano. Gracias al Irlandés al que paramos dos noches más adelante, porque sin él, habríamos muerto en una cuneta llena de cagarrutas de ovejas. Pero dejemos la gran historia para más adelante...


Para acabar el día, fuimos a ver los círculos de piedra de Beaghmore (en el google earth no se puede ver porque hay unas nubes preciosas encima) y os puedo decir que es increíble la exactitud que tienen, o que parecen tener, claro. Es un sitio mágico, (muy mal señalizado y sin turistas) que recuerda los lazos celtas que tenemos. Se te pone la piel de gallina.


lunes, 26 de noviembre de 2007

Derry y Bushmills

Después de una magnífica noche de hotel en Derry, decidimos ir a ver la ciudad por la mañana y regresar al Norte por la tarde para ir a ver lo que nos habíamos dejado a medias. Como recomendación si llevais coche: los aparcamientos públicos, aunque están a las afueras de las ciudades, son muy baratos y siempre suele haber sitio.


Derry es una ciudad de Irlanda de Norte, la segunda más grande después de Belfast. Siempre estuvo marcada por una historia de violencia y enfrentamiento político. Por ejemplo, en 1649 la ciudad, que apoyaba al parlamento Republicano, fue sitiada por las tropas del rey presbiteriano que reinaba en Londres. Como resultado de ese asedio, además de muchisimos muertos, hambre y enfermedades se pueden ver las lápidas tiradas en el suelo a las fueras de la catedral de St Columb. No han querido restaurarlas para que nadie olvide lo que pasó allí.



Sin embargo, lo que más nos impactó de Derry no fue su historia antigua sino los enfrentamientos "actuales" entre católicos y protestantes. Cuando llegas a los barrios católicos y ves los murales (muchísimo más impactantes que los de Belfast, más reales y enoooormes) se te ponen los pelos de gallina.

Los murales narran el asesinato de 13 hombres y niños aquel famoso "Bloody Sunday" durante una manifestación pacífica a favor de los Derechos Civiles para los católicos de Irlanda del Norte. Fue en el año 73 y sucedió cuando paracaidistas armados comenzaron a disparar indiscriminadamente contra la gente. Otro terrible abuso cometido por los ingleses al pueblo irlandés.

Aparte de eso, hay un monumento a bloque H, la cárcel donde murieron en huelga de hambre un montón de presos del IRA defendiendo su derecho a ser considerados presos políticos. Parece mentira todo lo que luchó esa gente.


Pero hablemos de cosas más alegres, como el precioso castillo de Dunluce. Aunque sólo quedan ruinas y no dicen mucho, su situación al lado del mar y las vistas hacen que sea un lugar mágico. Además, hacía un día precioso y la costa irlandesa es una maravilla a la vista.


Para acabar la jornada intensiva fuimos a ver por dentro la destilería del whiskey Bushmills. Te avisan de que dentro de la fábrica huele realmente fuerte a alcohol y que si quieres te pueden dar las explicaciones fuera, por si te mareas. Pero cuando entrar... hmmmmm... ohh que olor... Se te queda grabado en la mente. Hace muchísimo calor y según vas cambiando de sala vas notando cómo el whiskey va cambiando de menos puro a excelente. Al final de todo te lo dejan probar. Ayo se pidió uno de 18 años y yo una mezcla de whiskey, agua caliente, canela y azúcar. Y he de decir que, aunque el whiskey no me gusta, aquello estaba riquísimo!

Próximamente: las Sperrins, los campings, la lluvia... Y unas fotografías preciosas.


miércoles, 24 de octubre de 2007

La calzada de los gigantes

La calzada de los gigantes es una de las cosas que guardaré siempre en mi memoria. Me pareció increíble, no podía parar de mirar.

Para llegar (está muy muy bien señalizado) tienes que seguir por la carretera de la costa, que es estrecha y va al revés. Sólo puedes aparcar en el parking privado y vale 8 libras. No intentes aparcar en otro sitio porque sencillamente no hay donde.


Además de las típicas tiendas de recuerdo, también hay un centro de información con libros y folletos (GRATIS!) de lo que vas a ver allí. Por cierto, venden semillas de plantas autóctonas. Tenía que haberme comprado una que me parece un recuerdo muy bonito.

La ruta comienza después de la tienda de recuerdos. Puedes elegir comenzarla por arriba y bajar las escaleras del demonio o desde abajo y luego subirlas. Nosotros no lo sabíamos y elegimos subir... Craso error.

Después de recorrer un par de kilómetros x la costa (eso ya es precioso) llegas a lo que es la estampa tradicional de la calzada de los gigantes: las extrañas piedras hexagonales que lo invaden todo.

Ahí, generalmente, te pasas una hora y pico mirando embobada para todos sitios. Es una zona muy amplia, mucho más de lo que parece, y las rocas que no están a nivel del mar también son hexagonales.


La ruta continúa un par de kilómetros más y a lo largo se pueden ver anfiteatros, chimeneas y órganos formados por estas rocas que, repito, están hechas únicamente por la naturaleza.
Al final, subes a lo alto de los acantilados por unas escaleras (163) hechas en la piedra. Es horrible asi que si quereis un consejo: empezad la ruta bajando las escaleras.

La leyenda

Cuenta una antigua leyenda celta que el gigante irlandés Finn MacCool decidió construir un camino a su medida hasta la isla de Staffa en Escocia. Edificó una ciclópea calzada de prismas hexagonales que le permitió atravesar 120 km. de mar sin mojarse, y pudo desafiar a su rival, el gigante escocés Benandonner. Pero, al acercarse a éste, comprobó que era mucho más fuerte y fiero que lo que había imaginado. Perseguido por el escocés, MacCool huyó de nuevo a la verde Irlanda y allí, su esposa Oonagh le escondió en una cuna. Cuando apareció Benandonner, Oonagh le invitó a tomar el té, pidiéndole que no despertase al "bebé". Entonces, fue Benandonner el que se aterró, no deseando enfrentarse con el padre de aquella enorme criatura. Y al escapar destruyó la calzada, de la que sólo quedaron en pie sus tramos inicial y final, confiando en que así no sería perseguido por MacCool.

domingo, 30 de septiembre de 2007

Lo que a mi me gusta: la costa Norte.

Sé que en Irlanda llueve mucho y que hay muchos borrachos, pero el buen tiempo existe. Nosotros tuve la suerte de que cuando visitamos las rutas de Carrick-a-Rede y la calzada de los gigantes hizo sol y fue precioso. Fue genial.

Cuando llegamos a Carrick-a-Rede, había una cola para pasar de unas cien personas. Es una ruta de un kilómetro que acaba en un puente colgando para pasar a una isla. Es precioso, precioso y precioso. Los acantilados de piedra blanca acaban en un mar azul cristalino que dan ganas de pasarte el día metida en el agua. Había gente haciendo submarinismo! Y un gallinero de gaviotas (sí, gallinero de gaviotas).

Por cierto, el puente colgante acojona. Ves el fondo del abismo: el infierno para los que tenemos miedo a la altura. Menos mal que estaba mi Ayo para tranquilizarme. Y unos gilipollas españoles que no paraban de saltar...

Esta foto es ya en la isla, después de cruzar el puente. Desde ella podeis ver islas cercanas y además cómo es la costa Irlandesa. Sé que pensais que hay pocos sitios más verdes que Asturias. Aunque me duela decirlo, esto era mucho más verde. Te quedas con la boca abierta con las hierba de allí (aparte del culto al cesped que tienen).

Como nota erótico festiva: al fondo veis, imponente, a la sister María. Era la "portavoz" de un grupo de Segovia un tanto raro. Se llevaban mal entre ellos... qué paradoja...



En fin, ¿no es para comérselo? Mañana hablaré de la Calzada de los Gigantes, que necesito 40 fotos para expresar mi opinión...

domingo, 9 de septiembre de 2007

Una vez llegas a Belfast, puedes querer seguir dos vías: la primera es ver lo "típico" (catedrales, iglesias, edificios antiguos,...) y la segunda consiste en ver lo que ha sido esta ciudad en las últimas décadas (enfrentamientos con la policía, enfrentamientos con los grupos paramilitares, bombas, barricadas a pie de calle, etc).


Tras nuestra experiencia allí, creo que la segunda opción es mucho más correcta, claro que para eso habrás tenido que llevar una pequeña noción socio-política (vaya snob) sobre la historia de esta ciudad, y del conflicto armado en Irlanda del Norte en general.

De todas formas, con un día para cada "tipo" de turismo, es más que suficiente, y así lo hicimos nosotros.

Nada más llegar a su "zona centro", te encuentras con una ciudad muy limpia, cuidada y bastante curiosa. Seguramente, lo primero que te llame la atención sea el City Hall, ya que está justo en el centro y es enooorme.

Muy cerca de ahi, en la calle que sale justo delante del ayuntamiento, está el Belfast Welcome Center, donde podréis coger todo tipo de panfletos para ver las cosas más "representativas" (véase primera vía de turismo) de Belfast: Catedral de Santa Ana, la Ópera, el puerto donde se construyó el Titanic (es pa estar orgulloso...), etc. En el mercado de St. George, cerca del City Hall, se puede comprar muchísimos tipos de comida y a muy buen precio, aparte de merecer la pena ver el propio ambiente que allí hay. Ah! Si nada más entrar en la catedral de Santa Ana, alguien te grita, no te asustes.

Al día siguiente, y tras una GRAN caminata viendo todo lo "importante" (para las guías que daban en el Welcome Center), nos decidimos a ir al barrio católico, centro principal de los disturbios. Para esto, no hace falta coger ningún tipo de panfleto, basta con ir caminando por la calle principal, Falls Road, para ver montón de murales y estatuas. Hacia la mitad de la calle, hay un espléndido jardín en memoria de los caídos por Irlanda, con el nombre de Bobby Sands a la cabeza. Si callejeáis un poco, encontraréis muchísimos más murales (extrañamente bien cuidados, en España eso sería impensable), así como restos de cientos de barricadas en el asfalto.


Lo cierto es que la sensación que se vive viendo todo eso, es difícil de explicar. Todos los muros y las farolas están rodeados de alambres de espinos y hay cientos de pintadas pidiendo la excarcelación de presos políticos, así como estatuas en su honor.

Ya casi al final de Falls Road, está el cementerio, el cual merece la pena ir a ver, aunque sea de pasada (es de esos típicos de película).

Para volver al barrio legitimista, en el que estábamos hospedados (albergue independiente, HINI), sólo hay que bajar Donegal Road (donde hay montón de placas en favor de los presos colgadas de las casas, así como banderas irlandesas) y cruzar el puente. Una vez al otro lado del puente, se pueden ver más murales, pero del bando paramilitar. Un gran mural de "bienvenida" te dice que estás entrando en zona legitimista, el corazón de Belfast Sur, calle Sandy Row. Aquí todo es diferente, las casas están repletas de banderas d el reino unido, todo está mucho más cuidado (el reparto de bienes no es igual en un barrio que en otro) y las aceras están pintadas de rojo, azul y blanco. El espectáculo es dantesco.

Especial recomendación para relajarse en las noches de Belfast, es Kelly's Cellar, la taberna más antigua de Irlanda, que, por raro que parezca, no ha decaído con el turismo, sigue siendo auténtica, con sus carteles en gaélico, y su música en directo. La forma de llegar a ella no es muy fácil de explicar, está en una bocacalle de Castle Street, a la altura del McDonald's, hay que entrar por un callejón en el que hay una gran copa de cerveza.


En general, Belfast es recomendable 100%. Se pueden compaginar actos tradicionalmente turísiticos, con una gran carga histórica.

martes, 28 de agosto de 2007

Después de Belfast.... ¡el mar!

Nuestra última noche en Belfast fue... difícil. El escándalo que montamos al llegar a la habitación nos costó que la Japo y el Gnomo no nos saludasen por la mañana. Peor para ellos, con lo majos que somos...
Antes de salir hacia el norte (más al norte, claro), fuimos a ver el Trinity College y jardín botánico. Increíble lo de la Universidad, es preciosa. Seguro que ahí vas un poco más contento a clase. El jardín botánico es este edificio que hay debajo, realmente bonito, pero estaba cerrado :(


Después cogimos nuestro mapa y salimos de Belfast. Es impresionante el paisaje. La carretera va pegada a la costa (tanto que si se te va el volante te caes al mar)

Paramos un rato aquí, porque a mi me ponía histérica conducir por la derecha. Al principio cuesta un poco medir el espacio, pero a la hora ya vas encontrándote mejor y no hubo ningún problema (nada confesable, jajajaja).

Comimos en una panadería que daban comidas. Escogimos un panini de piña y jamón (excelente) y una ensalada vegetariana. El chico que nos atendió era egipcio y la verdad que nos cayó muy bien. Si alguna vez vais por allí, queda recomendada (preguntadme el sitio si quereis).

Esa zona está llena de pueblos costeros llenos de casas pegadas a la playa. Es muy turístico (demasiado). Extrañamente casi no hay playas y las que hay son como la de la fotografía de arriba: de arena oscura, piedras y algas!



No nos costó mucho llegar hasta nuestra primera parada: Carrick-a-rede. Es una miniruta de un kilómetro al lado del mar. Las vistas son preciosas, sobretodo porque el sol que hacía permitía ver las islas cercanas. El color del agua es verde transparente y los acantilados, blancos. El puente colgante acojona un poco aunque seguramente oigais lo contrario. Después de cruzarlo llegais a una isla pequeñita donde anidan gaviotas. Vimos unas cuantas pequeñinas, más guapas...



El punto curioso de la tarde fue que delante de la cola (había más de 100 personas esperando para pasar) llevábamos unos Segovianos que pertenecían a un grupo católico. Nos hartamos de escuchar "sister María" patrás y palante. Qué rarinos eran...

Y como colofón a este post: Carrick-a-rede, aunque esté masificado de turistas, merece muchísimo la pena. Las vistas son impresionantes y un paisaje precioso, con vistas a los acantilados del norte. Me parece que cuesta 3 libras entrar y también tiene como opcional pagar algo más para ayudarles a conservarlo. Van apañaos los putos ingleses...