martes, 21 de agosto de 2007

Conociendo el país


La primera mirada que echas a un país nuevo es crucial. Influye la gente, las casas, la limpieza de las calles y sobretodo, si hace sol o no.



Cuando nosotros llegamos a Irlanda y vimos Dublín, nos sentimos un poco defraudados: es una ciudad grande pero bastante sucia. Las aceras son de cemento, igual que la calzada y las papeleras están rebosantes de basura. Excepto en las calles más céntricas, hasta los patios de la gente estaban sucios. Eso, unido al aspecto decadente de los edificios (todos de 2 o 3 plantas) y a que había unas nubes que amenazan lluvia... nos dejó un poco desentacantados. Sin embargo, cuando regresamos a Dublín unos días más tarde la cosa cambió bastante.



Al día siguiente de llegar a Irlanda, recogimos el coche que alquilamos y nos dirigimos hacia Belfast, a very "nois" city. Qué acento tan rarín tenían...

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